miércoles, 29 de febrero de 2012

La representación iconográfica de la mujer.

Las primeras representaciones de la mujer se centraban en la temática religiosa o mitológica y siempre asociada por lo general a la fecundidad y la perpetuación de la especie humana. Nos encontramos ante las conocidas como Venus, figuras con las formas femeninas muy marcadas, grandes senos y un vientre muy redondeado. 


                                                              La Venus de Willendorf.


Posteriormente se la representaba como algo malo, pecaminoso, vicioso o relacionado con la imagen de la santidad y la religión. Pero por lo general las representaciones de la mujer solo se hacían por encargo ya que la mujer no era tenida en cuenta, solo era la madre, hermana, esposa etc. Y dentro de la sociedad se la comparaba con Eva y la pérdida del paraíso. 


                                                  La monstrua desnuda. Juan Carreño de Miranda




A partir del Renacimiento el desnudo cobra un mayor protagonismo, y acentúa su carácter erótico alejándose de la connotación mitológica. Venus pasa de ser una diosa a una mujer que muestra su cuerpo. 




La maja desnuda. Francisco de Goya.

Más adelante, con las vanguardias la representación va más allá del ideal de belleza y está más claramente asociado al erotismo y la sensualidad con obras muy sugerentes, dejando a un lado la inocencia y dando paso a una provocación directa. Se refleja también los cambios de la sociedad y el papel que la mujer poco a poco va consiguiendo en la sociedad.

Las señoritas de Avignon. Pablo Picasso.

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