La Venus de Willendorf.
Posteriormente se la representaba como algo malo, pecaminoso, vicioso o relacionado con la imagen de la santidad y la religión. Pero por lo general las representaciones de la mujer solo se hacían por encargo ya que la mujer no era tenida en cuenta, solo era la madre, hermana, esposa etc. Y dentro de la sociedad se la comparaba con Eva y la pérdida del paraíso.
La monstrua desnuda. Juan Carreño de Miranda
A partir del Renacimiento el desnudo cobra un mayor protagonismo, y acentúa su carácter erótico alejándose de la connotación mitológica. Venus pasa de ser una diosa a una mujer que muestra su cuerpo.
La maja desnuda. Francisco de Goya.
Más adelante, con las vanguardias la representación va más allá del ideal de belleza y está más claramente asociado al erotismo y la sensualidad con obras muy sugerentes, dejando a un lado la inocencia y dando paso a una provocación directa. Se refleja también los cambios de la sociedad y el papel que la mujer poco a poco va consiguiendo en la sociedad.
Las señoritas de Avignon. Pablo Picasso.
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